ALBERTO LÓPEZ MARÍN. Este domingo, Iker Casillas puede alzar al viento de Johannesburgo la Copa del Mundo. No es un sueño. Carles Puyol ha cabeceado con violencia un córner en presencia de los gigantes alemanes. Ha sido el gol de la furia, de la casta, del coraje, el que ha llevado a España a la final del Mundial de Sudáfrica. Abre los ojos, es real. Está pasando. Sólo queda Holanda para explotar de alegría. Este equipo nos hace felices, nos une. Algo muy grande acaba de ocurrir. Algo inmenso está a punto de pasar.
TOMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarTOMAAAAAAAAAAAAAAAAA, TOMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA y TOMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEl gol ha sido pura furia, y casta, pero no refleja un espíritu de furia y casta, sino un espiritu de TALENTO, de hacer bien las cosas, de elegancia, de dosificación y sabia canalización de las energías y del reparto de las habilidades de cada cual. Eso es mucho más que rasmia, furia y sobacos del amigo Camacho.
ResponderEliminarPor todo ello, me alegro del tipo de esta España más que de cualquier otro triunfo de otras selecciones españolas posibles.
TOOMAAAAAAAAAAAAAAAAAAMAMAMAMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA